Y hasta aquí puedo leer

Agarrar un libro, marcharse al monte, a la playa, disfrutar del sol, del ambiente, del olor a azahar. El sonido de las olas posándose en la orilla de arena parda, pasar página.

Vivir en Totana es literatura y hoy es 23 de abril, Día Internacional del Libro, por eso voy a compartir con vosotros algunas de las lecturas que considero dignas de compartir con vosotros.

1. LA MECÁNICA DEL CORAZÓN

Lo cito el primero por ser el último que ha caído en mis manos.
La historia inventada por Mathias Malzieu no tiene desperdicio. En las calles de Edimburgo, un parisino prematuro afectado del corazón conoce a una granadina dulce y salá, de la que se enamora perdidamente. El chico lleva un reloj de madera alojado en el corazón, a modo de marcapasos, al que tiene que dar cuerda constantemente para que no se pare.
Este continuo dar cuerda a la vida le acarrea innumerables contrariedades y molestias que vienen a dar cuerpo a la historia. Os lo aconsejo como aconsejo ver el adelanto cinematográfico en francés. Ya os digo, sin desperdicio.

2. EL LUGAR MÁS FELIZ DEL MUNDO

Cuando la tierra era plana el fin de mundo no era un problema, estaba ahí, a los lados, arriba y abajo, donde acababa el mar. Ahora la tierra es redonda, ligeramente achatada por los polos, dicen, y buscar el fin del mundo se ha convertido en tarea reservada a unos cuantos locos.

El periodista David Jiménez es uno de ellos. Empeñado en recorrer los confines de la tierra en busca del fin del mundo, este abnegado kamikaze se adentra en los paraísos de la ruina humana, tierras inhóspitas, lugares prohibidos, oscuros, donde teje reportajes literarios con historias reales que rozan lo increíble a este lado de la vida.

David cambia playas templadas color añil por frías cárceles camboyanas, montañas selváticas por la estepa Norcoreana, Londres o París por Fukushima. Así es este hombre.

3. MEMORIAS DE UNA VACA

Cuando empecé a leer libros todavía no tenía cumplidos los 10 años. Lo sé porque con esa edad me regalaron uno que todavía conservo. Era del Barco de Vapor, se titulaba “Hay un elefante en tu sopa” y en la contraportada tiene una dedicatoria: “A partir de hoy vas a cumplir años con dos dígitos”.

Y en efecto, a partir de ese día voy cumpliendo años con dos dígitos.

Luego seguí leyendo, porque mi madre, que no es fácil de engañar, se dejó llevar por el agente del Círculo de Lectores durante un tiempo, por lo que periódicamente entraban a mi casa dos o tres tomos de diferentes autores con temáticas de lo más variopinto.

Uno de esos libros fue “Memorias de una Vaca”, de Fernando Atxaga. En él se narra un tramo de la España de Posguerra en algún lugar de los montes vascos, todo visto desde los ojos de una pequeña vaca. Cuando menos, curioso es.

4. EL TEMPLETE DE NASSE HOUSE

Con Ágatha Christie me enganché de verdad a esto de pasar página.

Puede que fueran los rododendros omnipresentes en su bibliografía, las casas de estilo victoriano, las partidas de “bridge” o el aura de sospecha permanente sobre cada uno de sus protagonistas. El caso es que las hojas escritas por la británica vuelan con presteza hasta la escena final, en la que Hércules Poirot suele reunir a todo el que queda vivo para resolver la partida de Cluedo atusándose el bigote. Quién, por qué, y cómo.

5. EL ESCARABAJO DORADO

Todo lo que os pueda yo contar de Edgar Allan Poe está ya dicho. Vocabulario, prosodia, gramática, intensidad narrativa. Lo tiene todo. Además la mayoría de sus cuentos son cortos, ideales para impacientes que disfrutan con lecturas breves. Ya se sabe, lo bueno, si breve…

6. 100 AÑOS DE SOLEDAD

Volvemos a lo mismo. Después de los grandes artículos que se han escrito estos días del recién difunto escritor, creo justo evitar mi reseña. Mejor pasear por la red un rato y leer el luto literario que le guardan sus compañeros de profesión en los medios. Hay mucho y muy bueno. Véis que ni lo nombro, pero es que no lo creo necesario.

7. EL BALNEARIO

Hermann Hesse es otro de esos autores imprescindibles por la forma en que discurre su prosa. Sus historias son lentas, muy masticadas, manteniendo siempre al lector perfectamente informado. Aunque su libro más famoso es Siddhartha, yo prefiero El Balneario, escrito con una perspectiva diferente, desde lo alto de la vida, ya anciano.

En este libro hace un repaso filosófico del mundo en general y de la naturaleza humana en particular. Es algo así como un viejo desmenuzando el Efecto Mariposa. Cualquier acción, por trivial que parezca, merece para el Novel una profunda reflexión, pues el simple hecho de elegir una u otra habitación en un hotel, desayunar a una hora o diez minutos más tarde o elegir entre ducha y baño, puede cambiar el resto de nuestras vidas. Ahí es nada.

8. AMOR SE ESCRIBE SIN H

El día que me acerqué sin querer a este libro no esperaba encontrar lo que luego leí. Fue una reseña que encontré vagabundeando por internet lo que despertó mi interés por Jardiel Poncela y este libro.

Es curioso, incluso sorprendente, cómo esta historia escrita hace tanto tiempo se hace actual en cada página. Encontrareis ocurrencias, vivencias, cosmovisiones y puntos de vista tan modernos que dudaréis de la edad que tiene lo que estáis leyendo. Además te ríes. Muy-muy-muy recomendable.

9. LA LUNA ROJA DE SIBERIA

Novela del escritor totanero J.M. López. La tenéis en las librerías y anda por ahí la segunda parte, por si os quedáis con ganas. Un gran narrador y una gran historia. ¿A qué esperáis para comprarlo?

10. 125 Años de National Geographic

Para echar ratos y deleitarse la vista, este fenomenal ejemplar que publica National Geographic por sus 125 años de vida es para tenerlo en la mesilla pillado con belcro. No todo va a ser letra.